APLICACIONES DE LOS CABLES DE ACERO EN UN ASCENSOR ELÉCTRICO

 En un ascensor o montacargas se utilizan los cables para 3 aplicaciones distintas:

– Cables de tracción (o suspensión)

– Cables/cadenas de compensación

– Cables del limitador de velocidad  

Cables de tracción:

Van desde el chasis de la cabina, al que se unen por medio de los terminales, al del contrapeso pasando por la polea motriz. Son de acero y su espesor y número depende de la carga del ascensor. Bajo los terminales de la cabina además están colocados unos contactos de seguridad que detectan el aflojamiento de cables, transmitiendo esta información al cuadro para que paralice la maniobra. Para los cables de tracción la configuración Seale es la más utilizada ya que los alambres más exteriores son muy gruesos con gran resistencia a la rotura por abrasión y además es muy fácil de utilizar ya que sólo se necesitan tres tipos de alambres. En aquellos casos en los que se considere más importante la fatiga que la abrasión se usará la configuración Warrington que posee más alambres y de menor grosor.

Cable de compensación:

Es obligatorio en aquellos edificios de gran altura en los que el peso de los cables es considerable. Se hace necesario implantar un cable que compense el peso de los cables no incluido en el estudio del contrapeso. Va del chasis de la cabina al contrapeso.

A veces no se trata de un cable sino de una cadena que simplemente equilibre el peso no contemplado de los cables. La configuración mixta Warrington-Seale es la más utilizada en estos cables.

Limitador:

Elemento de seguridad que detecta los excesos de velocidad de la cabina y el contrapeso. Consta de parte superior (en el cuarto de máquinas), parte inferior (en el extremo inferior de la guía) y un cable que pasa por las dos poleas colocadas en cada una de las partes. Los extremos de este cable van enganchados al chasis de la cabina con lo que se consigue el circuito cerrado. Esta unión solidaria hace que las poleas del limitador se muevan a la misma velocidad que la cabina, cuando ésta supera una velocidad considerada anómala (suele ser del 20% superior a la nominal), el limitador se dispara y saltan dos bloqueos: uno eléctrico que manda una orden al cuadro de maniobra para que corte, y otro mecánico que hace actuar el sistema de paracaídas. El cable que accione el limitador de velocidad debe ser muy flexible protegido contra la oxidación y con un diámetro mínimo de 6 mm. La Norma EN 81 indica que el cable debe estar tensado mediante una polea tensora y que la relación entre el diámetro de la polea de tracción, del limitador (y la tensora), y el del cable debe ser como mínimo 40.