Cuando pensamos en un elemento tan cotidiano y universal como el ascensor, es fácil que demos por sentado que en todo el mundo la experiencia de utilizarlo va a resultar más o menos similar a la que ofrecen los ascensores en Madrid. Debería ser algo sencillo. Sin embargo, quizás precisamente por ese papel de cotidianeidad que juega, a veces un elevador puede convertirse en espejo de las particularidades de un lugar y de su cultura. Si viajas a Asia es posible que experimentes uno de los ejemplos más conocidos de ello.
En China, el número 4 se considera portador de mala suerte, particularmente porque su pronunciación es similar a la de la palabra ‘muerte’. Por este motivo, tradicionalmente se trata de evitar su uso y su mención, si bien esta superstición podría estar en declive en tiempos recientes.
El caso es que una curiosidad que se ha hecho célebre es el hecho de que en muchos edificios del país, si entras al ascensor, es probable que no encuentres un botón al cuarto piso por ninguna parte. Quizás salte directamente del 3 al 5 o utilice alguna fórmula alternativa como ‘3B’.
En edificios de muchas plantas, esta práctica puede extenderse al 14 e incluso se puede observar en los números del 40 al 49 en algunos rascacielos. Y es que este fenómeno se enmarca en un contexto de gran importancia de la numerología dentro de la tradición china.
Por supuesto, en el mundo occidental no estamos exentos de este tipo de supersticiones: la triscaidecafobia, o miedo al número 13, es de sobra conocida aunque generalmente no se la tome en serio. Aun así, existen casos puntuales pero documentados de edificios en los que se ha evitado utilizar este número de piso. Incluso existen fobias numéricas más específicas y localizadas, como por ejemplo la que afecta al número 17 en Italia.
Las botoneras de ascensor modificadas se han convertido en un elemento icónico del choque cultural para los visitantes a China y otros países donde se reproduce el fenómeno. En la red pueden encontrarse infinidad de ejemplos, y en Ascensores J. Pascual pensamos que esto es testimonio del rol fundamental que juegan los ascensores en las sociedades urbanas actuales.