A nadie se le escapa que el hecho de que contar con ascensor en un edificio es un punto a favor para los posibles compradores o arrendatarios de un determinado inmueble. Hoy en día, no estamos acostumbrados a ver construcciones de nueva creación sin estos aparatos que tanto nos facilitan la vida. Sin embargo, hasta no hace muchos años estos elevadores eran considerados como un bien de lujo y lo raro era encontrarlos en las zonas comunes. La instalación de ascensores en edificios antiguos revaloriza notablemente su valor, así que más que verlo como un gasto es, a todas luces, una inversión. El incremento sobre el precio puede llegar a alcanzar hasta el 40% en comparación con otra construcción de características similares, en la misma zona, pero sin ascensor.
La evolución de la construcción, sobre todo en las zonas urbanas, se ha centrado en el crecimiento vertical, aglutinando varias viviendas en un mismo edificio. Este factor hace aún más necesario disponer de un elevador para ascender cómodamente a determinados pisos. Lo cual se agradece aun más cuando venimos cargados con la compra o llevamos las maletas a cuestas. Las ventajas son claras, pero además, hay que tener en cuenta que es un elemento imprescindible para mejorar la accesibilidad del inmueble, garantizando la libertad de movimiento de las personas con movilidad reducida.
La accesibilidad de los edificios es una cuestión importante, los nuevos proyectos están diseñados para cumplir con la normativa vigente en la materia, pero algunas comunidades tienen muchas dudas sobre el mejor modo de proceder para poder adaptarse a las exigencias actuales. Como decíamos anteriormente, se trata de una inversión que puede suponer un importante desembolso económico para la comunidad de propietarios, por lo que algunos usuarios pueden preferir no instalar un ascensor en su edificio. En estos casos estarán olvidando algunos de los beneficios más destacables, como el importante aumento en el valor de su vivienda si deciden venderla o alquilarla.
Desde Ascensores J. Pascual sabemos que una de las opciones más frecuentes es aprovechar el momento de la rehabilitación de un edificio para colocar un ascensor. Uno de los problemas más habituales es que además de no contar con elevador, el inmueble no cuente con el espacio necesario para la cabina. Sin embargo, en los últimos años se ha avanzado mucho en este sentido y, hoy en día, es posible colocar un ascensor en la fachada, solventando así la falta de sitio.