Cuando hablamos del mantenimiento de ascensores en Madrid tenemos que distinguir entre el preventivo y el correctivo. Este último tiene que ver con las actuaciones a llevar a cabo cuando se produce una avería. El otro, el que nos interesa en este post, es el que busca evitar que estos fallos se lleguen a desencadenar.
En nuestro entorno, la automatización es una constante. Lo vemos en puertas de garaje, industriales, seccionales, batientes, enrollables o peatonales. Una forma de sumar comodidad y seguridad. Estos automatismos han de respetar la normativa correspondiente. Norma que también hace referencia a la importancia de los mantenimientos preventivos, obligatorios por una cuestión pura de seguridad. El objetivo es asegurar su correcta conservación además de su correcto funcionamiento.
La importancia de las revisiones periódicas
El mantenimiento preventivo ayuda a evitar eventuales averías con el consiguiente ahorro económico. En Ascensores J. Pascual te insistimos en que siempre será más asequible el mantenimiento que las reparaciones.
No podemos olvidar que la tecnología avanza en todos los sentidos y que es clave detectar qué dispositivos y mecanismos se han quedado obsoletos para poder sustituirlos. Por ejemplo, los relacionados con el funcionamiento de los ascensores.
Es esencial confiar en un servicio de mantenimiento preventivo solvente y con experiencia. Que puedan intervenir en todo tipo de espacios. Ya sean zonas comerciales, industriales, domicilios particulares o centros residenciales.
El mantenimiento preventivo incluye:
- Revisiones rutinarias
- Sustitución de piezas desgastadas
- Modificaciones marcadas por las normas y leyes vigentes
El mantenimiento se hará con frecuencia una mensual, trimestral, semestral o anual. Todos los meses habrá que revisar los aspectos básicos del ascensor. Es decir, los componentes de la cabina, la alarma, el arranque, la parada, la nivelación, el sistema de apertura y cierre de las puertas de la cabina, etc.
En resumen, acometer un correcto mantenimiento del ascensor es la forma de asegurar un adecuado funcionamiento, de alargar su vida útil y de evitar que haya paradas indeseadas o averías graves debido a un desgaste o a la mala conservación del ascensor. Algo que siempre ha de quedar en manos de personal especializado.
